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Porsche Mission E 500

15 de septiembre de 2015

Un deportivo de cuatro plazas con un motor eléctrico de 600 CV que tiene una autonomía de 500 km y se carga en 15 minutos.

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Que el futuro del automóvil es eléctrico parece más que seguro, y esta afirmación cobra más fuerza al ver el prototipo que acaba de presentar Porsche en el Salón del Automóvil de Frankfurt, un deportivo de cuatro plazas con unas líneas muy llamativas que se impulsa únicamente con la energía acumulada en una batería y que es capaz de cubrir una distancia de 500 kilómetros sin emitir ninguna sustancia contaminante.
Para desarrollar este deportivo ‘ecológico’ se ha utilizado toda la experiencia acumulada por Porsche en el mundo de la competición, donde ya ha demostrado una gran fiabilidad al ganar las 24 Horas de Le Mans con doblete en el podio y esa tecnología se ha llevado a los vehículos de producción con los modelos E-Hybrid en el Panamera y Cayenne.
Los ingenieros de la firma de Stuttgart han desarrollado un motor completamente nuevo que consta de dos motores síncronos de imán permanente (PSM) similares a los utilizados por el monoplaza ganador en Le Mans 2015, el 919 Hybrid, que utiliza la energía de la frenada para recargar las baterías y proporcionar una mayor aceleración.
El rendimiento del conjunto mecánico supera los 600 CV y es capaz de lanzar al Mission E desde parado hasta los 100 km/h en tan sólo 3,5 segundos, realizando el paso de 0 a 200 km/h en 12 segundos. Entre sus características más destacadas están el alto grado de eficiencia, la alta densidad de potencia y el desarrollo de potencia constante, a lo que hay que sumar la capacidad de aceleración repetida en breves plazos de tiempo.
Utiliza un sistema de tracción integral que está controlada por el Porsche Torque Vectoring para distribuir el par en cada una de las ruedas y se combina con una dirección activa a las cuatro ruedas que resulta de gran precisión. El prototipo ya ha sido probado en el anillo norte de Nürburgring, donde ha marcado un tiempo inferior a los 8 minutos.
Según han declarado los responsables de este proyecto, es capaz de recorrer una distancia de 500 kilómetros con una carga de la batería, que emplea una tecnología de 800 voltios frente a los 400 habituales en otros modelos eléctricos, con la ventaja de que puede realizar la recarga en un periodo más corto, empleando únicamente 15 minutos para llegar al 80% de su capacidad. También admite una carga rápida en una toma de 400 voltios o en el garaje de casa con un sistema de inducción instalado en el suelo que transfiere la energía sin necesidad de contacto alguno.
En Porsche han querido que el Mission E comparta el concepto de deportividad propio de la casa y por ese motivo se ha empleado un concepto de construcción ligera y una distribución óptima del peso con un bajo centro de gravedad. En la carrocería se han empleado elementos ligeros y resistentes como aluminio, acero y plástico reforzado con fibras de carbono, utiliza llantas de carbono de 21” delante y 22” detrás y la batería de iones de litio se sitúa en los bajos, extendiéndose entre los dos ejes.
En el frontal, con los nuevos faros LED Matrix de cuatro puntos, encontramos elementos que entroncan con el prototipo 918 Spyder y los bólidos de Porsche en el Mundial de Resistencia, aunque también hay algunos elementos heredados del 911 –paragolpes delanteros y capó plano- y la marcada hendidura que se extiende desde el capó hasta el techo recuerda la del 911 GT3 RS.
Ante el conductor se abre el nuevo mundo de un innovador concepto de visualización y control: intuitivo, rápido y sin distracciones, diseñado para un deportivo del futuro. La delicada pantalla del conductor es curva, plana e independiente. El cuadro de instrumentos indica cinco instrumentos redondos típicos de Porsche, pero representados virtualmente con tecnología OLED, es decir, mediante diodos orgánicos de emisión de luz. Estos instrumentos están asignados a las funciones relevantes para el conductor ‘Connected Car’, ‘Performance’, ‘Drive’, ‘Energie’ y ‘Sport Chrono’. También es innovador su manejo: el sistema “Eye-Tracking” (seguimiento ocular) reconoce, mediante una cámara, a qué instrumento está mirando el conductor. El conductor activa mediante una tecla situada en el volante el menú correspondiente pudiendo navegar en él, asimismo, en combinación con el reconocimiento de la mirada y la confirmación manual. Pero esto no es todo: la pantalla sigue la posición del asiento y la postura del conductor mediante el denominado efecto parallax. Si el conductor toma asiento en una posición más baja, más alta o se desplaza hacia los laterales, la representación tridimensional de los instrumentos redondos se mueva con él. De este modo, se evita que el volante pueda tapar información importante. Toda la información relevante, como por ejemplo la velocidad, sigue siempre el ángulo visual del conductor.
El prototipo Mission E puede retratar incluso el placer de conducción: una cámara situada en el retrovisor interior reconoce si el conductor está de buen humor reproduciéndose como emoticono en el instrumento redondo. El factor de placer de conducción puede memorizarse junto con informaciones individuales como el trayecto o la velocidad. Asimismo, puede compartirse con amigos a través de la conexión con una plataforma ‘Social Media’.  


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