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Renault Talisman dCi 130 Zen

Renault Talisman dCi 130 Zen

28 de julio de 2016

Agilidad, confort, amplitud y bajos consumos son los aspectos más destacados de una berlina diesel de 130 CV que cuesta 30.300€ euros.

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Tras unos años de ausencia, Renault regresa con fuerza al segmento D, el de las grandes berlinas, y lo hace con un producto que tiene todos los ingredientes para triunfar frente a rivales de mucho prestigio como el Volkswagen Passat, Ford Mondeo, Toyota Avensis, Mazda6, Kia Optima o Skoda Superb, por citar algunos.
 
El sustituto del Laguna, que ha pasado en la historia de la marca francesa sin pena ni gloria, es una berlina de 4,84 metros de longitud y una batalla de 2,81 metros, medidas suficientes para alojar a cinco pasajeros en su interior y con un generoso maletero de 515 litros (608 sumando los huecos que hay en la parte inferior), aunque con una boca de carga estrecha, pero también se comercializa una versión familiar denominada Talisman Sport Tourer que añade un plus de comodidad a la hora de viajar con mucho equipaje o con objetos grandes.
 
Sus líneas son atrevidas y elegantes, con un sello que ha implantado Laurens van den Acker, director de Diseño Industrial de Renault en sus últimos productos, como el Espace o el nuevo Mégane, un estilo diferente y unas cualidades de conducción que destacan sobre todos los aspectos de un coche pensado para hacer muchos kilómetros sin notar cansancio. El rombo vertical destaca sobre la calandra cromada y las luces LED de día forman una ‘C’ que baja hasta el paragolpes, dibujando una línea original que se reconoce fácilmente.
 
Por diseño, calidad de los acabados, equipamiento y tacto de conducción, es uno de los coches más equilibrados de su segmento y constituye una alternativa seria a productos Premium por el gran nivel de equipamiento. En nuestra prueba hemos conducido la versión diesel intermedia, con el motor dCi Energy 130 que resulta muy agradable de tacto y muy ahorradora en los desplazamientos, con unas prestaciones más que suficientes para viajar solo o en familia.
 
Al amplio interior se accede sin necesidad de sacar la llave –en forma de tarjeta, distinta a lo habitual- del bolsillo y el arranque se realiza mediante un botón. Nos situamos en el puesto de conducción y rápidamente tenemos una postura cómoda al volante con los numerosos ajustes que permite el asiento, que en la unidad probada llevaba hasta masaje para el conductor.
 
Amplio y diseñado con cabeza, el interior está realizado con materiales de buena calidad y el salpicadero se caracteriza por la gran pantalla vertical desde la que se manejan la mayoría de las funciones, como sucede en el Espace o en el nuevo Mégane. Cuesta un poco habituarse al manejo de la pantalla de 8,7” que incluye el sistema de conectividad R-Link 2, pero es cuestión de una semana y todo resulta fácil y al alcance de la mano. Junto a la palanca del cambio está el mando principal con botones de acceso directo, una alternativa a la pantalla táctil.
 
El motor 1.6 dCi de cuatro cilindros turboalimentado tiene una potencia de 130 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 320 Nm a 1.750 rpm. Alcanza una velocidad máxima de 205 km/h y acelera de 0 a 100 en 10,4 segundos. Las prestaciones son suficientes para el uso que la mayoría de los conductores van a dar a esta berlina, ya que alcanza los 205 km/h y acelera de 0 a 100 en 10,4 segundos, cifras que permiten viajar con total tranquilidad a un buen ritmo, incluso con el vehículo cargado, sin que se resienta lo más mínimo.
 
La entrega de potencia se hace de forma suave y constante, sin tirones mientras vamos engranando marchas hasta alcanzar la velocidad deseada, y tiene una buena respuesta al pedal cuando cae de vueltas gracias a una cifra de par importante para no tener que estar cambiando de marcha constantemente. En viajes se pueden alcanzar cruceros elevados sin notar apenas la rumorosidad de la carretera, porque el motor es muy silencioso y parece que circulas a una velocidad inferior de la que realmente marca el velocímetro.
 
El consumo homologado por el fabricante es de 3,9 litros a los 100 kilómetros en ciclo mixto, una cifra muy baja que resulta difícil de alcanzar en una conducción real por carreteras abiertas. En nuestra prueba, durante 1.400 kilómetros realizados en su mayor parte en autovías y alguna carretera secundaria, la media ha sido de 5 litros justos, circulando a un ritmo ‘normal’ y a velocidades de las que no se pierden puntos si te pillan descuidado en la foto.
 
Nuestra unidad iba equipada con el sistema de detección de cambio involuntario de carril, un avance que resulta de gran ayuda para evitar salidas de la vía por distracciones o por cansancio. Avisa al conductor con un sonido que al principio piensas que es el escape de una moto. También llevaba el Head-up Display que proyecta la información básica en una pantalla delante del salpicadero y el chasis 4Control con cuatro ruedas directrices –las traseras también giran, facilitando las maniobras de aparcamiento o los giros encadenados en carreteras de curvas- y amortiguación pilotada controlada por la tecnología Multi-Sense, además de un magnífico equipo de sonido Bose Sorround con 13 altavoces distribuidos por el habitáculo para una experiencia sonora única.
 
El programador de velocidad activo es un gran invento para los viajes. Basta con fijar la velocidad a la que deseamos circular y el coche va regulando, llegando a situarse detrás del vehículo que nos precede a la distancia de seguridad elegida, hasta el momento en que activamos el intermitente y cambiamos de carril, que vuelve a la velocidad programada.
 
El motor dCi 130 se comercializa en acabado Intens (29.400€) y Zen (30.300€ con cambio manual y 31.900€ con cambio EDC de doble embrague con seis velocidades), que se sitúa en la parte intermedia de sus rivales. Sin duda, quien esté pensando comprar un coche de este tamaño debería probar el Talisman con el sistema de chasis 4Control si entre sus preferencias están la agilidad al volante y la calidad de conducción.
 
José A. Pradoswww.vidapremium.com
 

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