Vespa Elettrica L3

A paso lento, y con precios elevados, las versiones eléctricas comienzan a llegar al mercado, una apuesta por la movilidad sostenible que precisará de ayudas oficiales para su implantación, así como una infraestructura de recarga que en la actualidad es escasa. En Vespa, una marca adelantada a su tiempo, quieren poner su granito de arena en la construcción de unas ciudades menos contaminadas y ruidosas. Su apuesta no podía ser otra que la Vespa de toda la vida, pero modificando su mecánica con un motor eléctrico que resulta silencioso y limpio en sus recorridos por la ciudad.
 
Si en su día modernizó a la sociedad italiana, la Vespa Elettrica es en 2020 sinónimo de conectividad avanzada, silencio, personalización y respeto por el medio ambiente, siempre con su sello de distinción. Hay dos versiones, Vespa Elettrica (6.413 euros) homologada como ciclomotor L1 –velocidad limitada a 45 km/h- y Vespa Elettrica L3 (6.690 euros) que alcanza la velocidad de 70 km/h.
 
Respecto a la versión inicial L1 que llegó hace unos meses al mercado, la nueva Vespa Elettrica L3 está homologada como moto para poder circular a una velocidad superior, hasta 70 km/h, compartiendo componentes: unidad de potencia, sistema de gestión y batería. El motor eléctrico Piaggio brushless con sistema de recuperación de energía KERS (Kinetic Energy Recovery System) tiene una potencia de 3,6 kW (4 kW de máximo) y 200 Nm a la rueda, alimentado con una batería de iones de litio de 4,2 kWh que se carga en tan solo 4 horas en una conexión doméstica de 220 voltios, ofreciendo una autonomía de hasta 100 kilómetros en modo ECO, que limita la velocidad a 45 km/h, y hasta 70 kilómetros en modo Power.
 
La batería mantiene las dimensiones y el peso de la versión original sin cambios, pero ha sido objeto de cambios en sus componentes internos con el objetivo de ofrecer una mayor potencia continua, un resultado al que también contribuyen las intervenciones realizadas en el software de control del motor eléctrico. Estas evoluciones han permitido alargar la relación de transmisión final, obteniendo así múltiples ventajas: una mayor velocidad, manteniendo el mismo rendimiento en aceleración, y en la salida, y también un mayor silencio, dado que a la misma velocidad las revoluciones del motor son más bajas.
 
La Vespa Elettrica L3 se distingue por algunos detalles estilísticos específicos: el muelle del amortiguador delantero está pintado de rojo, un color que también se usa en los frisos de la cubierta de la Unidad de Potencia y en la placa ‘Elettrica’. El cuadro de instrumentos digital con pantalla TFT de 3” es común en los dos modelos, donde se muestra toda la información de manera ordenada y un sensor de luz crepuscular se encarga de ajustar el color a las condiciones luminosas detectadas.
 
Además de ser un vehículo ecológico, la Vespa Elettrica puede presumir de su tecnología más avanzada mediante el sistema multimedia MIA, que permite conectar el teléfono móvil mediante una interfaz hombre-máquina, de modo que algunas funciones se pueden manejar desde los botones del manillar, como contestar llamadas entrantes o reproducir música, todo ello con el práctico joystick en la piña de control del lado derecho. Como complemento se ofrece un casco Jet específico que integra auriculares Bluetooth e intercomunicador.
 
El faro delantero con tecnología LED y las luces traseras, le dan una personalidad distinta a Vespa Elettrica, que adopta generosas llantas de aleación de aluminio de 12 pulgadas en la parte delantera y 11 pulgadas en la parte trasera. La comodidad se ve beneficiada de un asiento hecho de un material capaz de garantizar la máxima comodidad para el conductor y el pasajero y conferir ergonomía perfecta. La llave con control remoto integra las funciones del ‘Biker Find’ (luces indicadoras de giro) y la apertura del compartimento debajo del asiento, mientras que dentro del cajón, en el hueco tras el escudo, está la toma USB, siempre útil para cargar teléfonos inteligentes u otros dispositivos móviles.