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Skoda Scout 2.0 TDI 184 CV DSG
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Skoda Scout 2.0 TDI 184 CV DSG

Skoda Scout 2.0 TDI 184 CV DSG

07 de enero de 2017

La variante ´campera´ del Octavia Combi ofrece un gran maletero de 610 litros, un buen comportamiento y una eficaz tracción 4x4.

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Una alternativa muy interesante para quienes buscan un coche con gran capacidad de carga-tracción y no desean entrar en la moda de los SUV es el Skoda Scout, un modelo derivado del Octavia Combi que desde mediados de 2014 toma una denominación independiente para diferenciarlo del resto de los modelos Octavia gracias a una estética pensada para poder circular fuera del asfalto y orientado a quienes practican deportes al aire libre con frecuencia.
 
La segunda generación del Scout se caracteriza por algunos elementos como el paragolpes específico, pasos de ruedas protegidos, difusor trasero y una mayor altura libre al suelo para poder salir del asfalto sin que la mecánica y la carrocería se dañen y con la máxima garantía de tracción gracias a un sistema 4x4 con embrague Haldex que actúa rápidamente para entregar la potencia en las ruedas donde hay más agarre.
 
Es mucho más confortable en viajes que un SUV por razones tan obvias como la aerodinámica –mide 4,68 metros de longitud y 1,53 de altura- y también un mejor comportamiento dinámico debido a un menor peso -1.559 kilos con el motor 2.0 TDI de 184 CV- y una carrocería menos voluminosa que no provoca tantas inercias en curvas al tener un centro de gravedad más bajo. Y a todo esto hay que sumar una magnífica capacidad de carga: 610 litros hasta la bandeja del maletero, ampliables a 1.740 litros cuando se prescinde de los asientos traseros.
 
El modelo probado es el más completo de la gama Scout en la actualidad, compuesta por tres motorizaciones diesel -1.6 TDI de 110 CV y 2.0 TDI de 150 y 184 CV- y un gasolina -1.8 TSI de 180 CV-, todos ellos con sistema de tracción 4x4 y cambio DSG reservado a las versiones más potentes en gasolina y diesel. Los precios van desde 30.420 a 33.460 euros, muy competitivos si se comparan con otros modelos Premium a los que tiene poco que envidiar en capacidad, confort, equipamiento y calidad de conducción.
 
Con el motor 2.0 TDI de 184 CV, el sistema de tracción total y el cambio DSG tenemos un coche de lo más completo para circular por carretera y poder hacer algunas salidas puntuales por el campo, donde la única limitación son los neumáticos de carretera que calza –nuestra unidad llevaba unas llantas de 18” opcionales con neumáticos 225/45/18-. Entrega una potencia máxima de 184 CV (135 kW) entre 3.500 y 4.000 rpm con un par de 380 Nm entre 1.750 y 3.000 rpm, logrando una velocidad máxima de 219 km/h y una aceleración de 0 a 100 en 7,8 segundos.
 
No es un ‘bólido’ para ir de carreras, pero cumple de sobra con las necesidades de un conductor medio y permite viajar cómodamente a ritmos rápidos si queremos con la ventaja de que tiene una magnífica habitabilidad, un gran maletero y un buen comportamiento dinámico en todos los terrenos. Además, el consumo es otro de los puntos fuertes de este vehículo, con una media de 5 litros homologados por el fabricante y unas emisiones de CO2 de 129 g/km. Son cifras que no están tan lejos de la realidad, y que hemos podido comprobar durante una larga prueba de cerca de 2.000 kilómetros en todo tipo de situaciones y condiciones. La media final queda en 6,2 litros y en carretera, con el coche muy cargado hemos logrado unos magníficos 6 litros, pudiendo realizar recorridos de más de 700 kilómetros sin necesidad de repostar.
 
El motor 2.0 TDI de 184 CV y el 1.8 TSI de 180 CV –una opción interesante viendo cómo se está poniendo el panorama para los motores diesel en Europa- viene con el cambio DSG de doble embrague de 6 velocidades, un gran avance en materia de comodidad y confort en los viajes, ya que funciona mucho más rápido que un cambio manual y siempre está listo para engranar la marcha necesaria. El conductor puede elegir entre un cambio completamente automático en la posición ‘D’, una conducción más deportiva al situarlo en posición ‘S’, o realizar el cambio de marchas de forma manual sin embrague situando la palanca en la posición secuencial. Una pena que no lleve levas para el manejo desde el volante, aunque creo que somos pocos los que realmente hacemos uso de ellas en carreteras viradas.
 
Uno de los aspectos destacables del Skoda Scout es la gran seguridad que proporciona el sistema de tracción 4x4 con el que vienen equipados de serie, toda una garantía a la hora de viajar por carreteras mojadas, con nieve o firme en mal estado. Todos los modelos traen de serie con el bloqueo electrónico del diferencial (EDL) que permite arrancar el coche con suavidad en terrenos resbaladizos y el conductor puede elegir entre cinco modos de conducción a través del botón ‘Drive Select’ del salpicadero –Eco, Normal, Sport, Off Road y Personal- que se adaptan a las necesidades del terreno y a los gustos de cada uno en distintas circunstancias.
 
Y la otra ventaja es el gran maletero donde podemos llevar todo tipo de juguetes para mayores y pequeños, con una capacidad básica hasta la bandeja de 610 litros y la posibilidad de ampliarlo hasta el techo con una red separadora que permite viajar con mayor seguridad. Entre otros detalles, se puede poner un suelo reversible con un lado de plástico que se puede lavar con una manguera si depositamos objetos sucios en el maletero, una red para sujetar la carga o una ‘ventana’ en el asiento central trasero que permite colocar objetos largos como unos esquís sin necesidad de llevarlos en el techo.
 
El balance final de la prueba es muy positivo porque tenemos un coche con un precio muy razonable (33.460 euros) apto para circular fuera del asfalto por zonas que no sean muy complicadas gracias a un eficaz sistema de tracción 4x4, buena capacidad de carga, una estética diferenciada y una gran tecnología disponible con la nueva plataforma MQB del grupo Volkswagen que mejora la seguridad, como el asistente de cambio de carril, control de velocidad con radar (ACC) que funciona de maravilla para viajar por autovías, adaptándose a la velocidad del vehículo que nos precede y alerta de colisión, que avisa primero y puede llegar a frenar el coche si es necesario para evitar un accidente. Hay muchos elementos opcionales con los que configurar el coche a medida, como el techo panorámico que proporciona una gran luminosidad en los días nublados, o el gancho de remolque escamoteable, que se oculta en el paragolpes trasero cuando no se utiliza.
 
Pocos rivales tiene el Skoda Scout con este precio, habría que irse a modelos Premium como el Audi A4 Allroad que hemos probado recientemente y basta echar un vistazo al configurador para ver los precios en que se mueve, ya que con un motor similar, el 2.0 TDI de 190 CV parte de 47.960 euros y un Volvo V60 Cross Country D4 Kinetic de 190 CV automático arranca en 41.070 euros.
 
José A. Pradoswww.vidapremium.com

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