Skoda Scout 2.0 TDI 150 4x4

Los SUV o crossover han irrumpido con fuerza en la mayoría de los mercados, pero todavía hay muchos conductores que prefieren el comportamiento dinámico de una berlina a la hora de realizar sus desplazamientos. En un espacio intermedio se encuentran los vehículos polivalentes como el Audi A4 Allroad o el Mercedes-Benz E All-Terrain en el segmento Premium, que permiten realizar salidas al campo sin muchas complicaciones con una buena cantidad de espacio en el maletero y la ventaja de contar con un eficaz sistema de tracción integran que facilita las cosas cuando el asfalto está resbaladizo. Y frente a ellos, el Skoda Scout es una alternativa mucho más económica que cumple con nota en todos estos aspectos.
 
Mide 4,69 metros de longitud y únicamente se comercializa en carrocería familiar, que logra una estilizada figura para acoger un enorme maletero con capacidad de 610 litros hasta la bandeja, aunque las posibilidades son enormes abatiendo los asientos parcial o totalmente, hasta llegar los casi 1.700 litros si prescindimos de los asientos traseros. Además, lleva un hueco entre los asientos traseros que se puede emplear para transportar objetos largos, como los esquís, y tiene algunos detalles propios de Skoda como el suelo del maletero reversible que se puede limpiar con una manguera si llevamos objetos sucios.
 
Hace unos meses probamos la única versión de gasolina que hay en la gama, el Scout 1.8 TSI de 180 CV y hoy nos hemos puestos al volante de la versión diesel de acceso, el 2.0 TDI de 150 CV, que es más indicado para quienes hacen un uso más intensivo del coche, ya que las cifras de consumo son demoledoras en este sentido. El fabricante tiene homologado un consumo medio de 5.0 litros, que no difiere mucho de las cifras alcanzadas durante nuestra prueba, que en carretera hemos dejado en unos magníficos 5,3 litros durante más de mil kilómetros en un recorrido por autovías (60%) y carreteras secundarias, en algunos tramos de montaña y en condiciones de adherencia bastante bajas. El balance final es muy positivo, con una autonomía de 800 kilómetros –en modo ECO y con un depósito de 55 litros- sin necesidad de pasar por la gasolinera y una calidad de rodadura bastante buena, incluso con fuerte viento lateral que nos ha acompañado durante algunos tramos.
 
En todos los Scout es de serie el sistema de tracción integral 4x4 que lo diferencia de un Octavia Combi, al que mejora su capacidad off-road con unas protecciones especiales en los bajos del motor, pasos de ruedas más marcados y algo más de altura libre al suelo para poder circular sin problemas por caminos y pistas sin asfaltar, donde la única limitación la ponen los neumáticos y el perfil de los mismos. En esta ocasión, con unas magníficas gomas Michelin 225/45/18 específicas para carretera, no nos hemos arriesgado demasiado y hemos tomado alguna pista con poca dificultad, pero en otras ocasiones ya hemos podido comprobar la excelente capacidad de tracción cuando el terreno se complica, con tierra suelta, cruces de puentes y bajadas pronunciadas donde responde a la perfección.
 
La responsabilidad de esta capacidad de tracción radica en un embrague Haldex que en un tiempo de respuesta casi inmediato se encarga de repartir el par motor entre los dos ejes de manera que tenga prioridad el de mayor agarre en cada momento, y además el diferencial hace lo mismo con cada una de las ruedas. Es de gran utilidad cuando nos movemos por terrenos mojados, o incluso con nieve, donde muchos otros vehículos tienen que pararse a poner cadenas y nuestro Skoda Scout pasa con total facilidad.
 
La suspensión adaptativa DCC permite elegir entre varios modos de conducción, dando prioridad al confort, la deportividad o el bajo consumo de combustible, además de un modo específico Off-road que facilita mucho las cosas cuando circulamos fuera del asfalto, incluyendo un sistema de control de descenso.
 
En autovías y trazados rápidos es un coche muy cómodo de conducir al que favorece una buena aerodinámica. Puede circular rápido con un gran confort y también es bastante ágil en las carreteras de curvas, donde la tracción integral y el diferencial XDS+ realizan un magnífico trabajo. No se trata de un coche con vocación deportiva, pero si deseamos buscarle las cosquillas basta con pulsar el botón ‘Sport’ y obtendremos un comportamiento más dinámico y una respuesta inmediata. Por prestaciones -207 kilómetros por hora de velocidad máxima y paso de 0 a 100 en 9,1 segundos, no es un ‘cohete’, pero permite viajar rápido y a cambio tendremos la posibilidad de circular por terrenos muy diferentes gracias a su polivalente carrocería.
 
Con las ofertas actuales de la marca en España se puede adquirir un Skoda Scout desde 25.190 euros con el motor 2.0 TDI de 150 CV y desde 26.540 euros si elegimos el motor de gasolina 1.8 TSI de 180 CV, que lleva de serie el cambio DSG de 6 velocidades. Hay otro motor diesel de 184 CV con cambio DSG de 6 velocidades, que sale por 27.590 euros, una opción muy interesante que se convierte en el tope de gama.
 
La versión probada es la más básica, pero eso no quiere decir que venga mal equipada de serie, ya que trae de serie elementos como el asistente de arranque en pendiente (Auto Hold), asistente de frenada y freno multicolisión, faros Full LED, faros antiniebla con luz de giro, retrovisores exteriores con calefacción, sensores de aparcamiento traseros, volante con ajuste en altura y profundidad, apertura eléctrica del portón del maletero, lunetas traseras tintadas, luces LED ambiente en el interior, volante calefactado, conexión Bluetooth, toma USB delantera...
 
La pintura en color Rojo Enegy de nuestra unidad tiene un precio de 290 euros y si elegimos una tonalidad metalizada serán 535 euros. Las llantas de 17” Nivalis de aleación ligera que trae de serie no están nada mal, pero está claro que mejora mucho con las llantas Braga de 18” que calzan neumáticos 225/45/18 por 575 euros. La tapicería que combina piel en los laterales y Alcántara en el centro con el logo Scout grabado en el respaldo tiene un precio de 1.355 euros. El ajuste eléctrico de los asientos delanteros sale por 975 euros (555 euros sólo el del conductor) y para calefactar los asientos hay que añadir 170 euros, los pedales de aluminio son 90 euros y la toma Jumbo Box con dos conexiones USB para las plazas traseras sale por 50 euros. Las barras longitudinales del techo en aluminio cuestan 155 euros y la red de separación de carga del maletero 165 euros. Un accesorio muy recomendable para quienes practican deportes al aire libre es la alfombrilla reversible para el suelo del maletero (50 euros) para guardar objetos sucios como las botas de esquiar o la bici después de una excursión por el campo, y también el saco para guardar los esquís (120 euros), que lleva hasta un enganche en el cinturón de seguridad.
 
El Adaptative Cruise Control (965 euros) es una opción interesante para realizar largos desplazamientos por autovía con una gran comodidad y seguridad. Basta con ajustar la velocidad deseada, elegir la distancia de seguridad respecto al vehículo que nos precede y el coche se encarga de forma automática de acelerar y frenar. También resulta práctica la cámara de visión trasera (390 euros) en las maniobras de aparcamiento o la extensión de la garantía a 4 años (575 euros). Con todos estos elementos opcionales, el Skoda Scout puede medirse con cualquier vehículo Premium, tanto por calidad como por equipamiento.
 
Ficha técnica
Skoda Scout 2.0 TDI 150 4x4
Dimensiones
Longitud: 4.687 mm
Anchura: 1.814 mm
Altura: 1.531 mm
Batalla: 2.680 mm
Peso: 1.526 kg
Depósito combustible: 55 litros
Maletero: 610 litros
 
Motor
Tipo: gasoil, 4 cilindros en línea
Situación: delantero transversal
Cilindrada: 1.968 cm³
Potencia: 150 CV a 3500-4000 rpm
Par máximo: 340 Nm a 1750-3000 rpm
Tracción: total
Cambio: manual 6 vel.
 
Prestaciones
Velocidad máxima: 207 km/h
Aceleración 0 a 100 km/h: 9,1 segundos
Consumo medio: 5,0 litros
Emisiones CO₂: 130 g/km
Normativa emisiones: Euro 6
 
Precio: desde 25.190 euros
 
José A. Prados – www.vidapremium.com