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Moto Guzzi MGX-21

17 de abril de 2017

Probamos la auténtica Bagger italiana con su motor V-twin de 1.400 cc, 96,5 CV, 120 NM y un peso de 350 kilos en orden de marcha.

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Pues aquí estamos, ante este bicho que parece la reina Alien, la que ponía los huevos para que salieran los centollos aquellos que se pegaban a la cara de la gente. Todo un pequeño icono de acero y fibra de carbono desde que en el salón de Milán (EICMA) de 2014 fuera presentada como una concept, una creación con nombre de agente químico de película, la MGX21, lo de 21 es por la llanta delantera, todo un aro de dimensiones considerables que tiene su efecto en el comportamiento de la moto. En aquel EICMA causó tal sensación que la marca de Mandello del Lario consideró oportuno y rentable pasar esta Bagger a producción. Y así llega a nosotros, prácticamente igual, se eliminó la cinta anti calórica de las colas y poco más.
 
La moto es esencialmente una California, por lo que estamos ante lo que será la quinta versión del modelo, por nuestras manos ya pasaron la Custom y la Touring SE, desde luego las recordábamos perfectamente como unas motos nada anodinas y tenía ganas de saber qué es lo diferente que ofrece la MGX21.

Desde que la vimos nos quedamos impactados por la imagen de una Touring diferente, una sensación agresiva, un concepto rompedor para un tipo de moto que se asocia más bien a lo clásico, pero no debemos olvidar que se trata de una moto italiana y desde luego eso se tenía que notar en su diseño.


Decía que se mantiene de imagen prácticamente igual que la concept que vimos en el EICMA, efectivamente ha perdido la cinta roja anti calórica, pero detalles importantes como la rueda lenticular delantera se mantiene, tan sólo dispone de aperturas en los extremos junto a los aros de las llantas, ¿se nota en la conducción? Sí, pero para ser chulo hay que sufrir, si en ruta el viento te pega de lado lo notas, algo que ya sabíamos por modelos de otras marcas como la Fat Boy.

El consumidor de este tipo de motos no busca simplemente un medio de transporte sobre dos ruedas, estamos ante una moto que te hace sentir y la primera premisa es que cuando la veas te estremezcas, algo que consigue sobradamente, hasta el punto de que gente tremendamente fiel a otras marcas y que nunca se plantearía una Guzzi, ha visto tambalearse sus más profundos cimientos moteros con la MGX21.

Queda claro que la vista ha sufrido un orgasmo, pero al final esto es una moto, no una escultura, veamos cómo se comporta. No es un juguete, no es una moto cuca que se mueve a tu gusto como si fuera una bicicleta, es un señor aparato, puedes pensar por la gran cantidad de fibra de carbono que exhibe que se trata de un hierro ligero, no te confundas, todo ese carbono son placas que cubren a la mole de metal. De momento en parado la moto pesa mucho, en orden de marcha unos 350 kilos, se hace un poco engorroso rular por la ciudad, pero esto es innato a cualquier Touring, nada nuevo, ni nada diferente, aunque aquí tenemos una dificultad más: la llanta de 21 y los más de dos metros y medio de longitud que hacen todavía más engorrosa la tarea de desenvolverse en una acera. Dispone de un amortiguador de dirección, un sistema que Guzzi ha diseñado para la ocasión y que se endurece cuando vas llegando al tope de la dirección, su misión es evitar que se cierre por su peso, va montado justo debajo de la tija.
 
Una moto italiana es muy difícil que contenga exclusivamente el concepto de moto rutera, pero me dirás ¿y qué? si estamos ante una Touring, no puede haber un espíritu más rutero. Pues otra vez las apariencias engañan. Puedes elegir en la piña izquierda tres mapeos de motor distintos, o tres tipos de control de tracción, como prefieras llamarlo. Las tres opciones en italiano: Veloce, Turismo y Pioggia. Decidí empezar por el llamado “Veloce”, ya lo sé, no me digas nada.

Y sinceramente, no tenía especial interés en ir a una autovía y dedicarme a pegarle acelerones para ver qué pasa con el Veloce en cuestión… bueno la verdad es que sí, pero no como primera opción. Me fui a carreteras de montaña, trazados sinuosos que tengo de sobra conocidos con las motos que pruebo, asfalto retorcido pero ligero, horquillas, las justas.

Lo que ocurre con el Veloce es que el grueso de la carga de caballería tiene lugar a partir de las 4.000-5.000 rpm, ni el funcionamiento del motor, ni el cuerpo me pedía ir por debajo, si bajaba de esas vueltas la moto se mostraba remolona en comparación con lo extremadamente a gusto y eficaz que respiraba el motor de 1.400 cc llevado con alegría. De vez en cuando puedes ver como se enciende un pilotito en el cuadro que indica que la electrónica está entrando para hacer trabajar el control de tracción… ¡ups!, esto no tiene mucho de rutero. Con la premisa de semejante conducción hay que lidiar con una moto de 350 kilos, dos metros y medio de largo y una llanta delantera de 21”, pues agotador. Tiene cierta tendencia natural a subvirar, algo perfectamente natural dada su arquitectura, lo que menos me gustó es lo juguetona que se hacía la parte trasera, la MGX21 tiene suspensión trasera ajustable en precarga y según me dijeron en Guzzi estaba regulada para el anterior probador, el tipo en cuestión debía ser (bastante) más gordo que yo porque iba demasiado suelta. También tiene su incidencia en el movimiento de la moto que la transmisión sea por cardan, pero nada que ver con las de hace años y tal vez en este caso se note algo más puesto que estamos ante una moto de gran par. En cuanto a las estriberas, porque no lleva plataformas, son las más altas que recuerdo, no es fácil tocar con ellas.
 
El caso es que llevar así la moto por ese tipo de zona no es su principal función, pero si quieres puedes probar y verás que no se trata de una Touring al uso. Las curvas que aborda con mayor eficacia son aquellas de trazado rápido, amplias y limpias, de las que se comen con alegría Veloce, las que siempre ves el final. La frenada es correcta, en terrenos revirados no es fácil parar la inercia de más de 350 kgs, para ello se ha recurrido a un doble disco delantero mordido por unas hermosas pinzas Brembo de 4 pistones y a un disco trasero con pinza de dos pistones.

Si bajas al llano en busca de rectas descubrirás la patada de la aceleración, una rápida y eficaz manera de adelantar coches o de dejar atrás a los que incordian porque creen que vas en un elefante, infelices, muchos de ellos son la chicane móvil ante la MGX21. Lo malo es que a altas velocidades… si hay algún censor legal, agente de tráfico, ser buenista o defensor de límites absurdos leyendo esto, nótese que en ningún momento hago referencia a ir a velocidades ilegales; decía que a altas velocidades la moto tiene tendencia a flanear, nuevamente se muestra demasiado suelta la parte trasera. En este punto cabe tener en cuenta que la suspensión delantera tiene el peso del equipo de música y la instrumentación que alberga el Batwing, peso y firmeza hace que se muestre con gran aplomo, a diferencia de la trasera.
 
Por cierto, el Batwing es el mejor que he podido probar, tiene un diseño aerodinámico que hace que el viento no te incida en la cabeza de una manera oscilante continua, con mi estatura tampoco es que me molestara especialmente de cualquier otra manera.

Una vez que ya me he desfogado y agotado, todo hay que decirlo, con la conducción Veloce, tocaba probar el modo Turismo, sin duda el más racional y el más adecuado para este tipo de moto. ¿Cuál es la mayor diferencia? Básicamente que reparte la carga de caballería por una mayor gama de rpm, llevas el motor por debajo de 5.000 vueltas de una manera natural, lo que por otra parte es más acorde para una Touring. El viaje pasa a ser más tranquilo, a gusto, no tienes necesidad de correr y si necesitas patada la aceleración seguirá siendo más que suficiente para acometer maniobras de adelantamiento con fluidez y seguridad.

No me llovió en mis kilómetros con la MGX21, por tanto no tuve oportunidad de probar la tercera variante de motor, la Pioggia, no obstante no puede resistirme a conectarla. No tiene mucho misterio, convierte la entrega de potencia en una solución muy dulce, pensando en que el suelo no está para alegrías.
 
No es una moto gastona, teniendo en cuenta la conducción que le hice y su peso no me parece un consumo alto el que nunca pasara de los 6 litros a los 100 kilómetros, si le añades que el depósito de gasolina es de 20 litros y medio, su autonomía es aceptable.

Una cosa que tienes que tener en cuenta es que las maletas, no desmontables, son preciosas, pero no son una locura de espacio, te pongo una foto con algunos objetos como referencia para que te hagas una idea, en cualquier caso si pretendes tragar kilómetros existe la posibilidad de consultar el rico catálogo de accesorios, allí encontrarás que se puede añadir un baúl, no muy grande, pero que su monta supone la eliminación del asiento para el acompañante.

Dispone de un sistema de audio que incluye radio y toma de USB, correcto para moverte por ciudad y con un casco tipo Jet, pero en carretera y un casco integral no se oye absolutamente nada la música.

Es una moto especial, con una imagen única, una Bagger italiana que irrumpe en el panorama del Custom con una estética de cómic y puede ser tuya por 26.592 €, IVA incluido.


José Ángel Lorenzowww.super7moto.com

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