La Panera Rosa llega a Madrid
18 de mayo de 2018 Tiempo libreUn café bistró de aire porteño abre sus puertas en Madrid con el concepto non-stop y cocina de inspiración francesa y norteamericana.
La idea era abrir un local con identidad propia, basado en una cocina fresca y artesanal, libre de aditivos y conservantes, con elaboraciones del día, grandes mostradores donde pasen cosas, donde el cliente vea las preparaciones y los productos, exhibiendo la panificación y la pastelería. Así nació el primer café bistró La Panera Rosa en Buenos Aires en 2013 con la inspiración de viajes realizados por Estados Unidos y Francia que sirvieron de inspiración para su amplia carta dulce y salada, muy similar a la del local que acaba de abrirse en Madrid.
Del otro lado del Atlántico llegaron los pancackes y waffles (dulces y salados), y de nuestro país vecino del norte la pastelería y las creppes, sin olvidar, claro está, las raíces argentinas, como la milanesa de bife argentino, las empanadas de carne o la selección dulce, con los alfajores y tartas con dulce de leche a la cabeza. De esta manera, La Panera Rosa toma forma de diner americano, un concepto poco extendido en España que reúne las características de un ambiente distendido, amplio mostrador, asientos de cabina y un horario non-stop en una reinterpretación más moderna.
En la decoración del local su propietario ha recurrido a los recuerdos de su infancia, en concreto a los dibujos animados de La Pantera Rosa, creando un refugio culinario donde la experiencia recuerde a los sabores de cuando era un niño, a la cocina de las madres y las abuelas, como el sabor y el olor del pan recién hecho. En su cabeza el recuerdo de su infancia se asociaba a las meriendas viendo los famosos dibujos animados, y de ahí llegó el nombre del establecimiento, en el que hay espacio para todo y para todos.
El local de Madrid tiene una estética similar a los de Buenos Aires, con el rosa como color dominante, mobiliario que utiliza materiales naturales, mezclando muebles de madera con cómodos sillones grises y sofás en tonos pardos-ocres, lámparas de ratán natural hechas a mano y una barra de mármol a la entrada. Tiene dos plantas con capacidad para 80 personas y una terraza para 35 comensales que se puede reservar para cumpleaños y pequeñas celebraciones.