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El regreso de Alpine

13 de marzo de 2017

Ligero, ágil y con un alto rendimiento, el A110 se pondrá a la venta en Europa a finales de 2017 como una apuesta por el ´placer de conducción´.

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Agotada la edición limitada ‘Premier Edition’ puesta a la venta online –en cinco días se agotaron las versiones con el volante a la izquierda-, los que deseen hacerse con uno de los modelos de producción del Alpine A110 tendrán que esperar hasta final de 2017 o principios de 2018. La firma francesa ha presentado el modelo definitivo de su deportivo en el Salón del Automóvil de Ginebra, con clara inspiración en el A110 que debutara en 1962, pero con estética y tecnología del siglo XXI.
 
Biplaza, con motor central y un peso en vacío de 1.080 kilos, el Alpine A110 es un modelo deportivo compacto que mide 4,178 milímetros de largo, 1.798 mm de ancho y 1.252 mm de alto, óptimo reparto de pesos (44% delante y 56% detrás), así como un bajo centro de gravedad con el objetivo de ofrecer una gran agilidad en las sinuosas carreteras de montaña donde su predecesor ya demostró grandes cualidades en las competiciones más prestigiosas de los años 60 y 70.
 
El motor 1.8 turbo de inyección directa y cuatro cilindros va situado detrás del eje delantero y desarrolla una potencia de 252 CV (185 kW) y un par máximo de 320 Nm, asociado a una caja de cambios Getrag DCT de siete velocidades de embrague húmedo con un escalonamiento de las marchas pensado para garantizar el máximo rendimiento en cualquier situación. Acelera de 0 a 100 en 4,5 segundos, alcanza una velocidad máxima de 250 km/h sin necesidad de alerón trasero y cuenta con tres modos de conducción (Normal, Sport y Track) que modifican los parámetros del motor, caja de cambios, control de estabilidad, dirección y hasta la sonoridad del escape, todo ello manejado desde una pantalla TFT de 10” desde la que el conductor puede configurar los ajustes a su estilo de conducción y el estado del asfalto.
 
Las aerodinámicas líneas del Alpine A110 se inspiran en la competición, con elementos como el fondo plano integral, un difusor funcional dotado de aletas que genera una zona de baja presión que asienta el coche cuando el bastidor reduce el arrastre o entradas de aire en el paragolpes delantero que crean cortinas de aire que limitan el efecto vórtice. Estos avances han logrado un coeficiente Cx de 0,32 en el túnel del viento que lo sitúan entre los mejores de su categoría.
 
El diseño del frontal se inspira claramente en el ADN que Alpine ha generado a lo largo de su historia, con una reinterpretación muy actual en la que destacan las cuatro luces de día LED independientes y el morro con nervadura central, una silueta lateral pegada al suelo y luces traseras LED compactas en forma de ‘X’ con intermitentes dinámicos y una luneta trasera envolvente, como en los primeros Alpine que se fabricaron hace cinco décadas.
 
En el interior se ha creado un puesto de conducción envolvente de diseño liviano y minimalista, combinando materiales de alta calidad como piel plena flor de grano natural, elementos estructurales de aluminio y fibra de carbono que crean una atmósfera placentera y acogedora.
 
En su equipamiento hay detalles que hablan de un coche pensado para la competición, como los frenos Brembo con pinzas en aluminio y un freno de estacionamiento integrado en el eje trasero que permite un ahorro de hasta 2,5 kilos. Las llantas de aleación de 18” han sido desarrolladas por Otto Fuchs y los asientos monocasco de la firma Sabelt sólo pesan 13,1 kilos.

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