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Citroën C3 PureTech 110

Citroën C3 PureTech 110

31 de octubre de 2017

Atractivo en diseño, con alegres combinaciones de color, monta un motor gasolina de 110 CV que resulta suave y bastante ahorrador.

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Desenfadado y con un estilo muy ciudadano, el Citroën C3 ya no es el coche en forma de ‘huevo’ con aspecto anodino de la anterior generación. En su nueva etapa, el fabricante francés ha optado por un diseño más arriesgado en la línea del C4 Cactus que representa un cambio por completo de imagen para acercarse a un público joven que busca diferenciarse.
 
Mide 3,99 metros de longitud, una distancia que resulta ideal para manejarse bien en la ciudad y poder hacer escapadas de fin de semana o vacaciones sin ningún problema, porque resulta amplio y cómodo, dentro de los límites que imponen estas medidas. El frontal elevado, las ópticas divididas, la línea de cintura alta y los Airbump protectores en los laterales marcan una línea que no pasa desapercibida, con la posibilidad de personalizar tanto la carrocería –hay un total de 9 colores para elegir que se pueden combinar con tres tonos de techo- y un interior en el que también hay una nota de color para hacer más agradables los trayectos diarios.
 
Las plazas traseras no son muy amplias, pero tienen suficiente espacio para alojar a dos ocupantes adultos y en el centro puede ir un niño. El maletero, con 300 litros de capacidad, ampliables a 922 abatiendo el respaldo de los asientos traseros, es algo más pequeño que la mayoría de los modelos de su categoría (el Volkswagen Polo, que con el motor 1.0 TSI de 115 CV cuesta 18.495 euros, tiene 351 litros).
 
La gama del Citroën C3 parte de los 11.750 euros según la oferta actual de la marca con el motor de gasolina PureTech de 68 CV en acabado Live y está disponible con tres motores de gasolina PureTech de 68, 82 y 110 CV, además de dos motorizaciones diesel HDi de 75 y 100 CV que no tienen mucho sentido por el bajo consumo y el buen comportamiento de los propulsores gasolina, sobre todo teniendo en cuenta que es un coche de uso mayoritariamente urbano.
 
Con el motor 1.2 PureTech de 110 CV, un tricilíndrico con turbo, se alcanza un buen compromiso entre prestaciones (188 km/h y de 0 a 100 en 10,4 segundos) y consumo (homologa 4,6 litros de media y 103 g/km de CO2, que en nuestra prueba han sido 4,9 litros con bastante carretera). La conducción es suave, y aunque el empuje del motor no es muy grande, cumple de sobra para un uso normal. Viene asociado a una caja de cambios manual de cinco velocidades de funcionamiento correcto y no es muy ruidoso para ser tricilindrico. El sistema Start/Stop resulta muy efectivo y apenas se percibe cuando vuelve a poner en marcha el motor cuando pisamos el embrague.
 
Las plazas delanteras son cómodas y la visibilidad frontal/lateral es bastante buena al llevar una posición al volante algo más elevada de lo normal. El interior resulta alegre con la combinación de color y lo único que no nos gusta demasiado es que todos los mandos de climatizador, audio y navegación se encuentran agrupados en la pantalla táctil que hay en el centro del salpicadero, con un manejo algo complicado que puede provocar más distracciones de lo necesario. Será cuestión de acostumbrarse, porque ya son varios los modelos de varias marcas francesas los que llevan este sistema.
 
En ciudad resulta cómodo por el tarado blando de las suspensiones, algo que no ayuda mucho cuando nos vamos a la sierra y empezamos a negociar curvas con cierta dificultad, un terreno en el que no invita a ir demasiado rápido. En estos casos, el motor es aconsejable llevarlo alto de vueltas si no queremos tener baches de potencia, lo que obliga a utilizar el cambio con decisión.
 
El motor PureTech 110 se ofrece en acabado Shine (17.450 euros), el más alto de la gama y es algo más barato que el diesel más potente, el BlueHDi de 100 CV, que en el acabado Shine sale por 18.550 euros. El color Blanco Banquise de nuestra unidad de prueba tiene un precio de 180 euros con el techo bitono en color negro Onyx o Rojo Aden incluido. La tapicería de tejido Mica Gris es de serie, y se puede solicitar con una tapicería Capsule Rojo (200 euros). Las llantas de 17” en aluminio negro cuestan 350 euros si no nos gustan las de 16” de aluminio que trae de serie y los airbumps negros laterales también vienen de serie en el acabado Shine.
 
Una opción interesante que no ofrecen otros fabricantes es la Connected Cam Citroën (300 euros), que va situada junto al retrovisor interior y va grabando imágenes de lo que sucede en la carretera. Otras opciones interesantes son el techo panorámico (500 euros), el sistema de vigilancia de ángulo muerto (250 euros), que te puede ahorrar algún susto porque te avisa si hay algún vehículo en esa zona ‘oscura’ de visión, el sistema Active Safety Brake (250 euros) que frena en caso de detectar un obstáculo en la trayectoria o un peatón, el sistema de arranque manos libres (300 euros) o la rueda de repuesto de 15” (120 euros). Al final, nuestra unidad, con los opcionales elegidos sale por 18.530 euros, incluyendo el descuento promocional. Los caprichos se pagan y el coche es atractivo, pero ya no resulta tan barato.
 
José A. Pradoswww.vidapremium.com

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