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29 de septiembre de 2017

El cisne negro es un sueño de Timur Bozca que algún millonarío podría hacer realidad para crear su propia mansión flotante.

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Del tablero de dibujo del diseñador turco Timur Bozca han salido las líneas maestras del que está llamado a ser uno de los más bellos yates que surque las aguas de nuestro planeta. Todavía en fase de desarrollo, su aerodinámico casco de 60 metros de eslora en forma de flecha ha sido construido en aluminio con unos trazos minimalistas y algunas licencias como los dos discretos balcones situados en la zona de proa, protegidos por pasamanos de cristal.
 
Con capacidad para alojar un máximo de 14 invitados en los seis camarotes dobles de lujo más uno de espectaculares dimensiones para el armador, este barco cuenta con todo tipo de comodidades y se pueden imaginar que el lujo será la nota dominante en el interior de una embarcación que más bien parece una residencia de verano flotante, al alcance de los multimillonarios.
 
Entre los detalles más exclusivos de este yate destacaremos el helipuerto situado en la cubierta superior, al que se accede mediante un discreto ascensor, desde el que los invitados podrán trasladarse de una forma cómoda y rápida hasta el aeropuerto, evitando miradas y objetivos indiscretos de los fotógrafos del corazón. Tampoco está mal el club de playa ampliado que hay en la cubierta de popa, donde hay hasta una piscina infinita por si los invitados quieren darse un baño privado con vistas panorámicas desde el agua o en alguna de las tumbonas.
 
El comedor del ‘cisne negro’ cuenta con una enorme cristalera con vistas al ampliado club de playa y está decorado como un restaurante minimalista y moderno, con muebles de diseño creados a la medida y una zona de relax equipada con la tecnología más avanzada en materia audiovisual para entretenimiento de los pasajeros.
 
Un barco de estas características debe llevar una mecánica potente capaz de proporcionar unas buenas prestaciones. Timur Bozca ha pensado en una configuración de cuatro motores que generan una potencia de 23.172 CV, pudiendo navegar a una velocidad máxima de 32 nudos y con un crucero de unos 23 nudos. El diseñador no ha querido revelar el precio que tendría esta creación tan exclusiva, pero ha afirmado que si alguien se atreve con esta idea tendría que desembolsar varias decenas de millones de dólares.

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