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Volkswagen T-Cross

31 de mayo de 2019

Mide 4,11 metros, tiene un amplio espacio interior, se fabrica en Landaben (Navarra) y se sitúa en el segmento de moda, desde 18.990€.

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El quinto SUV de Volkswagen se fabrica en la planta de Landaben (Navarra), donde nace el Polo en sus distintas versiones desde 1984, una factoría puntera hasta la que hemos viajado para ver cómo comparten línea de producción los dos modelos y realizar una toma de contacto. El T-Cross, con una longitud de 4,11 metros, utiliza la plataforma modular MQB del grupo Volkswagen, que permite compartir muchos elementos con el Polo del que deriva, con un ligero incremento de las medidas y un gran salto en habitabilidad que lo convierte en un posible vehículo familiar.
 
Atractivo en su diseño y moderno en tecnología, el Volkswagen T-Cross está llamado a ser un nuevo éxito de la firma alemana en el territorio SUV, donde ya cuenta con cuatro opciones –Touareg, Tiguan, Tiguan Allspace y T-Roc- para satisfacer a todo tipo de clientes, pero el recién llegado cuenta con muchos argumentos para ser un superventas al observar las cifras de crecimiento de este segmento SUV que supera ligeramente los cuatro metros de longitud.
 
Con un enfoque puramente urbano, ya está a la venta desde hace unas semanas con dos motorizaciones de gasolina de 95 y 115 CV y un diesel de 95 CV, todos con tracción delantera y precios que parten de 18.990 euros hasta 24.440 euros. Sin duda, muchas parejas jóvenes lo mirarán con buenos ojos en el momento de plantearse la compra de un coche nuevo al tratarse de una carrocería original en su estética, con mucho espacio interior y unos precios bastante ajustados.
 
La competencia es dura, con modelos como el Nissan Juke, Peugeot 2008, Renault Captur o Kia Stonic, a los que el Volkswagen T-Cross planta cara con un diseño original en el que se ve el sello familiar del fabricante alemán y avanzadas soluciones tecnológicas en el terreno de la seguridad y el confort. El arranque comercial del modelo ha superado las expectativas con más de 1.650 pedios y apunta muy alto.
 
Partiendo del diseño del nuevo Polo, y con la misma plataforma modular MQB, mide 5,5 centímetros más de longitud (4,11 metros), pero resulta mucho más espacioso en el interior gracias a una carrocería algo más elevada que permite crear un habitáculo más amplio para que viajen cómodamente cuatro adultos y un niño en la plaza central trasera, además de contar con un maletero muy aprovechable que tiene una capacidad básica de 385 litros, aunque se puede ampliar deslizando la banqueta trasera 15 centímetros para alcanzar los 455 litros, o un máximo de 1.281 litros si se pliegan los asientos de la segunda fila, con un espacio de carga diáfano.
 
El poderoso frontal, con la parrilla de líneas horizontales que lleva el logo circular de la marca en el centro y la firma lumínica LED compuesta por una delgada línea que recorre la parte inferior del faro crean una silueta moderna con pasos de ruedas muy marcados en el lateral para alojar ruedas de tamaño considerable. La trasera va rematada por un discreto alerón en el techo y unos grupos ópticos LED unidos por una banda negra que recorre la parte central del portón, un estilo original con un resultado agradable para la vista.
 
El interior es el mismo que el del Polo, pero con los asientos en una posición más elevada para adaptarse al estilo SUV y una mejor visibilidad. Puede montar el Virtual Cookpit, un cuadro de mandos completamente digital de 13” (de serie en acabado Sport) que el conductor lo puede configurar a su gusto eligiendo la información que desea destacar en cada momento, incluso con las indicaciones del navegador. El volante multifunción tiene un tacto muy bueno y en la pantalla multifunción que hay en el centro del salpicadero se puede utilizar como una réplica del Smartphone al conectarlo por cable, disponiendo de los mapas de Google y otras aplicaciones de música y telefonía manos libres durante la conducción.
 
Por dinámica de conducción el T-Cross convence nada más situarse al volante con una posición cómoda en la que todos los mandos se encuentran a mano, un buen tacto de la dirección y una sensación de aplomo que transmite bastante tranquilidad. No podía ser de otra forma si tenemos en cuenta que la base de la que parte es un Polo muy evolucionado que se ha situado entre los mejores del segmento. La mayor altura de la carrocería apenas penaliza en la dinámica, y se puede circular a un ritmo rápido por carreteras de curvas enlazadas sin ningún problema. Únicamente notamos algo de ruido al rodar por autopista a velocidades altas, sobre todo si hay algo de viento.
 
En la toma de contacto hemos podido probar el motor de gasolina más potente, el 1.0 TSI de 115 CV, una mecánica de tres cilindros que podría resultar justa de potencia para este coche pero que sorprende por los buenos resultados alcanzados. Al tratarse de un coche con una vocación claramente urbana no se buscan las prestaciones de un deportivo, que ya no tienen sentido en estos días para la mayoría de los conductores, cumpliendo con creces en todos los sentidos. Alcanza una velocidad máxima de 193 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 9 segundos, suficiente si queremos hacer viajes en familia con el maletero cargado, y lo mejor de todo es el consumo, unos razonables 4,9 litros de media según el fabricante, que en la vida real se transforman en 6-7 litros, en función del tipo de conducción y de la orografía del recorrido.
 
La dotación en materia de seguridad es muy completa en el T-Cross, que lleva el sistema de alerta de cambio involuntario de carril (Lane Assist), frenada de emergencia en caso de colisión frontal (Front Assist), alerta de tráfico trasero en maniobras y detector de fatiga. También es un coche tecnológico en el que a través de la App Volkswagen Connect se puede acceder al estado del vehículo, gestionar rutas y otras funciones a través de un asistente personal, y puede llevar hasta cuatro puertos USB para que el conductor y los pasajeros carguen sus dispositivos o teléfonos.
 
La gama del T-Cross se estructura a partir de tres niveles de acabado –Edition, Advance y Sport-, los tres motores disponibles -1.0 TSI de 95 y 115 CV- y la caja de cambios DSG de siete velocidades únicamente en el 1.0 TSI 115 CV. Hay 12 colores de carrocería para elegir y paquetes de personalización como el Pack Orange que incluye llantas de aleación de 18”, retrovisores exteriores en naranja y otros detalles en este mismo color en el salpicadero y costuras de los asientos. Quienes busquen un acabado más deportivo tienen el paquete R-Line con llantas de aleación Nevada de 18”, taloneras, protecciones inferiores de las puertas, volante de cuero R-Line, techo negro y molduras en la entrada del habitáculo con el logo R-Line.
 
Los precios en gasolina con el motor 1.0 TSI de 95 CV van desde 18.990 a 20.620 euros y con el 1.0 TSI de 115 CV desde 21.310 a 24.440 euros. El diesel 1.6 TDI de 95 CV solo está disponible en acabado Edition (21.790 euros) y Advance (23.420 euros) con cambio manual de 5 velocidades.

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