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Audi Q8

01 de octubre de 2018

Entra por pleno derecho en la categoría SUV Premium con una elegante y deportiva carrocería de 4,98 metros, a la venta desde 84.840€.

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La trayectoria de Audi parece imparable en los últimos años. La firma lleva acumuladas unas ventas de 1,26 millones de unidades a lo largo de los ocho primeros meses de 2018 y todo apunta a un ejercicio récord en sus ventas a nivel mundial, con el mercado chino tirando con mucha fuerza y España situada en el sexto lugar. La renovación de la gama ha sido un factor determinante con la llegada de modelos como el A8, A6 en sus versiones berlina y Avant y A7. Y todavía faltan por llegar muchos productos interesantes en 2019, como el renovado Audi Q3, el esperado e-tron, que es el primer vehículo completamente eléctrico de la marca alemana, y el A1, además de un intenso programa de lanzamientos para 2019: A3, A4, A6 Allroad, RS5, RS6 y e-tron Sportback, por citar algunos.
 
Pero, sin duda, uno de los más esperados era el Audi Q8, que significa la entrada de la marca de los cuatro aros en el segmento SUV Premium, donde ya están esperando el Mercedes GLE Coupé y el BMW X6, ambos con unas buenas cifras de ventas. Sin duda, el segmento SUV es el protagonista y lo seguirá siendo durante mucho tiempo en el ranking de ventas, desplazando cada vez más a las tradicionales carrocerías berlina y monovolumen.
 
En la cumbre de la gama Q de Audi, los modelos todocamino, estaba hasta la fecha el Q7, un modelo con 5,05 metros de longitud y la posibilidad de acoger hasta siete pasajeros en tres filas de asientos. Partiendo de esta base, nace el Audi Q8, aunque realmente es un coche completamente nuevo que estiliza su figura para ofrecer un aspecto y un comportamiento mucho más deportivo.
 
Los cambios son numerosos, empezando por las medidas, ya que su longitud se reduce hasta los 4,98 metros y tiene unos voladizos más cortos, manteniendo la gran distancia entre ejes, que posibilita un amplio habitáculo para que viajen cómodamente cuatro adultos más un niño en la plaza central trasera. La capacidad del maletero es bastante generosa, con 605 litros en configuración básica hasta la bandeja y la posibilidad de ampliar hasta 680 litros con solo desplazar la banqueta diez centímetros, y si necesitamos la capacidad al máximo se pueden abatir los asientos traseros y tendremos y espacio diáfano con 1.755 litros de capacidad.
 
En el frontal estrena la nueva parrilla ‘singleframe’ tan característica de Audi, pero en este caso con una forma octogonal que será la seña de identidad en los modelos que lleguen durante los próximos años. Además, la máscara que rodea la parrilla se puede personalizar en varios tonos –gris para los S-Line y Black-, o ir en el color de pintura de la carrocería, que a la extensa paleta añade algunos tonos nuevos como el Naranja Dragón.
 
En su silueta encontramos algunos rasgos del prototipo Audi Q8 Sportcoupé mostrado en los pasados salones de Ginebra y Detroit, del que hereda las ventanas sin marcos y los ‘quattro blister’ que van sobre los pasos de rueda, un guiño al mítico Audi Quatrro que tantos éxitos obtuvo a nivel comercial y en el terreno deportivo.
 
Visto desde el lateral, su silueta es más estilizada al tener unas proporciones más contenidas y por la suave curva que traza el techo hasta el final del capó. Los pasos de ruedas van más marcados porque tienen posibilidad de acoger llantas de hasta 22” y en la trasera los dos grupos ópticos van unidos por una delgada línea de luces LED, otro guiño al Audi Quattro.
 
Cómodo y tecnológico, el habitáculo es propio de una gran berlina del siglo XXI, y de hecho hereda el del A8, con su pantalla MMI touch response debajo de la pantalla del navegador que va integrada en el centro del salpicadero y el virtual cookpit detrás del volante, una pantalla de 12,3” que sustituye al tradicional cuadro de mandos analógico con una gran cantidad de información, mapas de navegación  a color y la posibilidad de personalizarlo con la información que el conductor desee ver en cada momento.
 
Sin duda, uno de los aspectos que más nos ha llamado la atención es el comportamiento dinámico en un coche que pesa 2.2 toneladas y que se mueve con soltura, incluso en carreteras de curvas por las que ha discurrido nuestra prueba. Es cierto que tiene una gran masa y que en giros pronunciados y frenadas acusa una gran inercia, pero menos de lo esperado en un vehículo de estas dimensiones. Además, el sistema de tracción quattro es una gran ayuda al repartir el par entre las ruedas que mayor agarre tienen en cada momento y el conductor puede elegir entre siete modos de conducción, dando prioridad a la comodidad cuando se viaja en familia o con un toque de dinamismo al conectar el modo Sport (Dynamic).
 
También cuenta con dos modos para circular fuera del asfalto (Allroad y Offroad), que se encargan de gestionar el par de una forma diferente cuando el terreno está deslizante, elevando la carrocería hasta un máximo de 253 milímetros para que las piedras no dañen los bajos y puede llegar a superar pendientes importantes. Está claro que no es un todoterreno puro –no tiene reductora ni los neumáticos apropiados-, pero cuenta con suspensión neumática y control de descenso si la cosa se pone complicada.
 
Donde mejor muestra sus cualidades es en asfalto y en carreteras con trazados amplios, rodando a un ritmo todo lo rápido que deseemos con total confort y seguridad. Su hábitat natural está en las autopistas alemanas sin límite de velocidad, y en el resto de países europeos habrá que estar atentos al velocímetro porque corre mucho y está realmente bien insonorizado, de manera que no se percibe la velocidad.
 
Ya se encuentra a la venta desde 84.840 euros con el motor 50 TDI de tres litros y seis cilindros en línea que tiene una potencia de 286 CV y 600 Nm, una elevada cifra de par que permite buenas recuperaciones y que sabe exprimir muy bien el cambio automático Tiptronic de 8 velocidades. La velocidad máxima que puede alcanzar con esta motorización es de 245 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos, con un consumo medio homologado de 6,6 litros y unas emisiones de CO2 de 172 g/km.
 
Para alcanzar estas cifras tan bajas de consumo, el motor 50 TDI cuenta con la ayuda de un sistema de hibridación suave que Audi denomina MHEV, y que consta de una batería de iones de litio de 48 voltios situada en el maletero que se encarga de proporcionar energía eléctrica para ayudar al motor de combustión a iniciar la marcha cuando ha entrado en marcha el sistema Start&Stop, tanto en paradas por retenciones en ciudad como en carretera cuando circulamos ‘a vela’ o por inercia, desconectando el motor durante un máximo de 40 segundos y volviendo a arrancar de forma imperceptible para el conductor. Esto permite un ahorro estimado en 0,7 litros a los 100 kilómetros y ha permitido obtener la etiqueta ECO de la DGT, de manera que puede circular sin restricciones en ciudades como Madrid y Barcelona durante episodios de alta contaminación, además de ventajas en las tarifas de aparcamiento.
 
Además de este motor, para el próximo año están previstos un 45 TDI de 231 CV y un 55 TFSI de 3.0 litros y 340 CV, y, casi seguro que veamos una versión SQ8 de altas prestaciones. En el lanzamiento se ha preparado una edición especial First Edition limitada a 80 unidades que incluye un equipamiento de lo más completo por 105.000 euros.
 
José A. Prados (Alicante) – www.vidapremium.com

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