El mismo año que el hombre pisaba la luna por primera vez, se produjo un hecho de gran importancia en el mundo de la relojería, pues la manufactura Zenith presentaba tras siete años de investigación el primer cronógrafo automático integrado de la historia, provisto además de fecha y taquímetro.
Esto sucedía en 1969 tras una larga fase de investigación para lograr un movimiento de una exactitud extraordinaria que latía a un ritmo de 36.000 alternancias a la hora con una precisión de una décima de segundo. Hasta esa fecha, Zenith ya había registrado más de 300 patentes, algunas de ellas determinantes en la búsqueda de productos altamente creativos y precisos, y como no se contentaban con un movimiento sencillo, El Primero 3019 PHF –que más adelante pasaría a denominarse 410- va más allá al incorporar un triple calendario y una indicación de la fase lunar que lo convierte en un icono de la alta relojería.
Han pasado casi cinco décadas desde aquella fecha histórica y los cronógrafos Zenith El Primero continúan su evolución basándose siempre en la fiabilidad y la precisión extraordinarias, y para celebrar el nacimiento de aquel icono de los años 60 se ha reeditado el modelo original en una edición limitada de 500 unidades.
Basándose en un reloj que nació hace casi medio siglo, El Primero 410 incorpora algunas modificaciones que le permiten entrar por derecho propio en la colección más importante de esta manufactura. Los elementos que aparecen sobre la esfera plateada tienen la misma disposición que en el modelo original, con los días y los meses a las 10 y a las 2h y la fecha a las 4.30h. La indicación de la fase lunar ocupa un lugar de privilegio en el contador a las 6h con una ventanilla compuesta por dos lóbulos que al ocultar parcial o totalmente la luna reproducen el ciclo lunar y mostrar los distintos rostros del astro –cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante y luna nueva-. Al integrar estos dos discos en la complicación de fase lunar hace falta una rueda de 59 dientes –correspondiente a dos ciclos lunares de 2 x 29,5 días- para mostrar la situación en que se encuentra la luna de una forma que combina la técnica con la poesía.
Al recrear una pieza del pasado hay que tener cierto cuidado en preservar el espíritu original, y por eso en Zenith han optado por una actualización de su modelo de 1969 ciñéndose a la historia, aunque con alguna licencia. La caja es de acero con un diámetro de 42 milímetros, un tamaño algo mayor que se adapta más a los gustos actuales, con curvas que mezclan un diseño moderno con acabados pulidos y cepillados.
Flanqueando la corona, los pulsadores del cronógrafo, con un diseño bastante original, y sobre la esfera plateada con decoración de rayos de sol destacan los contadores del cronógrafo y la escala taquimétrica en el exterior, dejando todo el protagonismo a la indicación de la fase lunar a las 6h.
El movimiento es un calibre automático El Primero 410 realizado en la manufactura con 390 componentes, 31 rubíes, 50 horas de reserva de marcha y una frecuencia de funcionamiento de 36.000 alternancias/hora (5 Hz). A través del cristal de zafiro del fondo puede verse el funcionamiento del movimiento, cuya masa oscilante va decorada con motivos ‘Côtes de Genéve’. Es sumergible hasta una profundidad de 100 metros y el conjunto se completa con una correa de piel de caimán marrón revestida con una protección de caucho y hebilla de acero inoxidable con triple cierre desplegable.
Ficha técnica
Caja: acero inoxidable
Medida: 42 milímetros
Movimiento: automático El Primero 410
Funciones: hora, minutos, segundos, cronógrafo, fecha y fase lunar
Reserva de marcha: 50 horas
Cristal: zafiro cuadrangular antirreflectante por ambas caras
Esfera: rayos de sol plateada
Agujas: rodio facetadas con Superluminova SLN C1
Fondo: cristal zafiro transparente
Brazalete: piel de caimán marrón revestida con caucho
Estanqueidad: hasta 100 metros (10 ATM)
Precio: C.P.V.
Más información en www.zenith-watches.com