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Opel Zafira 2.0 CDTI

17 de julio de 2017

El monovolumen compacto de siete plazas más vendido estiliza su imagen, mejora el habitáculo y añade grandes dosis de conectividad.

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El popular monovolumen de Opel se ha puesto al día sin perder ninguna de las virtudes que, tras tres generaciones y 2,7 millones de unidades vendidas en el mundo, le han aupado al primer puesto entre los MPV compactos.
 
Actualmente, las ventas de este segmento se han reducido ante el auge experimentado por los todocaminos, también denominados SUV o Crossover. A pesar de eso, el nuevo Zafira tiene mucho que aportar y, según los responsables de la marca, será capaz de mantener la cuota de mercado del diez por ciento que tiene en nuestro país, donde se enfrenta a más de veinte competidores.
 
Desde el modelo de 1999, el Zafira ofrece su sistema integrado de siete plazas, que permite una gran versatilidad sin renunciar al confort, ya que los asientos de la tercera fila se pliegan muy fácilmente bajo el maletero, que queda libre para el equipaje cuando no se usan los dos asientos adicionales. Esto no es todo, porque cuenta también con el portabicicletas integrado “FlexFix” (950 €) y el sistema de suspensión adaptativa “FlexRide” (900 €).
 
A todas estas virtudes, el nuevo modelo añade una línea exterior más estilizada, que recuerda al nuevo Astra, con luces diurnas con forma de doble ala y un interior rediseñado para dar más amplitud y una gran conectividad gracias al sistema “Opel IntelliLink”, compatible con las tecnologías “Apple CarPlay y Android Auto”, además del servicio de asistencia “Opel OnStar”, con acceso Wi-Fi, que permite hasta siete dispositivos simultáneos, respuesta automática en caso de accidente y otros muchos servicios, como el de la programación del navegador a distancia sin tocar un solo botón, por medio de órdenes vocales a la operadora de un “Call Center”, un sistema que hemos probado a lo largo de la prueba en varias ocasiones y nos ha parecido muy útil.  
 
Si el diseño exterior parece más agraciado, es el interior donde el nuevo Zafira brilla especialmente, también a semejanza del renovado Astra. El salpicadero es ahora más limpio, se han renovado volante, mandos y controles, que ahora son menos numerosos y más intuitivos, mientras que el centro lo ocupa la pantalla táctil de 7,0 pulgadas, situada en una posición más baja que antes.
El puesto de conducción es elevado, con un gran campo de visión hacia adelante y un enorme parabrisas opcional que se extiende por arriba hasta casi el pilar B. Esa gran cantidad de cristal sobre las cabezas de los ocupantes de los asientos delanteros otorga mucha luminosidad al habitáculo, algo que se agradece si el día está gris o nublado, pero actúa como una lupa si el sol brilla con fuerza, como suele hacerlo en verano en nuestro país. Aunque está provisto de una cortinilla, sinceramente solo recomendaríamos esta opción (1.250 €) para quien viva en lugares de clima frío.
 
 En la segunda fila, el respaldo del asiento central puede abatirse y convertirse en apoyabrazos, mientras que los laterales se desplazan hacia detrás y el centro para más comodidad de los pasajeros. Si se pliega la tercera fila, deja libre una superficie de carga totalmente plana, con una capacidad que oscila entre 678 o 1.792 litros.
 
La puesta al día de un modelo no puede estar completa sin actualizaciones técnicas y de seguridad. El Zafira presume de los faros “AFL LED” que, sin elementos mecánicos, permite una iluminación apropiada a cada circunstancia, con nueve patrones diferentes para usarse automáticamente tanto en ciudad como en carretera. Cuenta, además, con una avanzada cámara frontal “Open Eye” (450 €), que detecta señales de tráfico y complementa los sistemas de Control de Crucero Adaptativo, Indicador de Distancia y alertas ante Colisión Frontal y Seguimiento de Líneas de Carril.
 
Entre la gama mecánica, con  unidades de gasolina, diesel y gas licuado de petróleo (GLP), destaca el potente turbodiésel 2.0 con 170 CV y 400 Nm de par máximo que probamos aquí. Para todos ellos, las transmisiones son al eje delantero a través de una caja de cambios de seis velocidades o una automática también de seis, del tipo de convertidor de par, disponible para las motorizaciones más potentes.
 
La suavidad mecánica de este propulsor, con un nivel sonoro y de vibraciones muy contenido, nos hace olvidar la aspereza de los anteriores turbodiésel de la marca, Los desarrollos de cambio son largos, sobre todo en sexta velocidad, por lo que el motor trabaja siempre a bajas revoluciones, aprovechando el gran par motor de 400 Nm, ya disponible desde 1.750 rpm.
Para reducir el consumo, que está homologado en 4,9 litros cada 100 km en ciclo mixto, monta el sistema automático Stop&Start, algo tosco por las vibraciones que genera al arrancar. El consumo medio que hemos medido a lo largo de nuestra prueba ha sido muy razonable: 6,6 l/100 km.  
 
Sus prestaciones son elevadas, con una sorprendente capacidad para mantener altas velocidades de crucero, incluso cargado. No obstante, siempre hay que tener en mente que conducimos un monovolumen, con las inercias que provoca su carrocería de 4,66 metros de largo por 1,68 de alto. Sin embargo, la eficacia del chasis adaptativo electromecánico “FlexRide”, que se adapta de forma continua al estilo de cada conductor, puede hacérnoslo olvidar. Se trata de una opción muy recomendable, pues se comporta eficazmente en los tramos virados, con mínimos balanceos, dando una gran sensación de control y seguridad al volante, con movimientos controlados y una dirección perfectamente equilibrada para no resultar sensible a alta velocidad, a la vez que es suave en las maniobras.
 
Amplio, acogedor y funcional, el nuevo Zafira es un monovolumen tradicional muy completo. Se ofrece en tres acabados: “Expression”, “Selective” y “Excellence”, un gran equipamiento y amplia gama de motores.
 
J. Miguel Quintana www.vidapremium.com

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